Por Juan Tomás Valenzuela
Agripino y Lucifer
están en este momento,
decidiendo cuál asiento
le toca al que llegó ayer.
El tema es que Lucifer
dice que él es vitalicio,
que está desde los inicios
por un acuerdo con Dios,
y llega este come arroz
a alborotarle el hospicio.
Agripino, por su parte,
viene a aportar la experiencia
que se granjeó en la gerencia
de un sacerdocio frustrante.
La vida de este maleante
se dedicó al latrocinio,
actuando en copatrocinio
con el viejo cardenal,
quien también dedicó al mal
la extensión de sus dominios.
Me dicen que Belcebú,
amo y rey de la tinieblas,
casi está que desamuebla
su despacho, estilo indú.
Que al llegar este pechú
del suelo dominicano,
tiene cogío por los…
al pobre de Lucifer,
quien se ha buscado lo de él
sin dañar a sus hermanos.
“Desde aquella vez que Adán
y la cachifa de Eva
se quemaron en la prueba,
fue a mi que me los mandán,
y viene este charlatán,
dizque a mediar con Trujillo,
para romper el anillo
que yo aquí tengo con Dios
y quedarse entre los dos
con mi trono de Caudillo”.
Juan de los Palotes
23 enero 2022